Otra de las ideas de este blog sello, es traer puntos de pensamiento, sobre los que desarrollar nuestro yo, aprovechando nuestro tiempo para pensar en el porque de todo esto que nos rodea, nuestro tiempo... mientras nuestra vida se escapa, es lo único que nos pertenece..... Pierre Clastes, y su libro La Sociedad contra el estado, creo que puede ser un interesante punto de reflexion....
Las sociedades primitivas son sociedades sin Estado: este juicio esconde una opinión que acentúa la posibilidad de una antropología política como ciencia rigurosa. Lo que se dice es que las sociedades primitivas están privadas de algo - el Estado - que es necesario a toda sociedad. Estas sociedades están incompletas. No son verdaderas - no están civilizadas -, viven la experiencia quizá dolorosa de un carencia - carencia de Estado- que no pueden satisfacer. Esto dicen los viajeros y los investigadores: no puede pensarse en una sociedad sin Estado, el Estado es el destino de toda sociedad. Aquí se descubre un etnocentrismo mucho más sólido por ser inconsciente. La referencia inmediata es lo más familiar. Cada cual lleva en sí, como la fe del creyente, la certeza de que la sociedad es para el Estado.
¿Cómo no concebir a las sociedades primitivas, sino como una especie de personas despreciadas por la historia universal, como sobre vivientes anacrónicos de un estadio lejano, rebasado tiempo atrás? Aquí está la otra cara del etnocentrismo, la convicción de que la historia tiene un sentido único, que toda sociedad está condenada a la historia y a recorrer las etapas que van del salvajismo a la civilización. "Todos los pueblos civilizados han sido salvajes", escribe Raynal. Pero la afirmación de una evolución no funda una doctrina que, uniendo arbitrariamente el estado de civilización a la civilización del Estado, señala a éste como término necesario a toda sociedad. Podríamos preguntar qué ha retenido a los últimos pueblos que aún son salvajes.
Ya sabemos que las sociedades arcaicas están determinadas negativamente, por sus carencias: sin Estado, sin escritura, sin historia. Las sociedades primitivas son, dice J. Lizot de los Yanomami, sociedades de rechazo al trabajo. "El desprecio de los Yanomami al trabajo y al progreso tecnológico autónomo es un hecho".
Esto esta tomado de un articulo publicado aquí en la revista mexicana La nave de los locos, en su numero 16, en julio de 1991.
En el siguiente enlace podéis descargar el libro donde este antropólogo francés, critica los conceptos que a los evolucionista les gusta definir como la finalidad del estado en toda sociedad
y que el señor Rousseau expresaba con la inocencia natural del hombre, y así se expulsa al estado del lugar central que ocupa, sin duda es un interesante libro DESCARGAR AQUI
Que bien llevas esto Jose, Interesante, Ruido del bueno, entrevistas y libros...No se puede pedir más. Un saludo Fiera
ResponderEliminargracias amigo, y lo mejor asi como tranquilo, un abrazo
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